LA TECNOLOGÍA EDUCATIVA EN EL DEBATE DIDÁCTICO CONTEMPORÁNEO.
Edith Litwin.
Sin embargo, señala que surge la necesidad de crear un cuerpo teórico que la sustente y le de cimientos más sólidos que permitan desarrollar lo que la autora nombra como didáctica tecnológica, a partir de estudios de didáctica y tecnología educativa, que se ocupen de las prácticas de enseñanza y las tácticas para la implementación de los actuales medios tecnológicos, respectivamente; sin olvidar su naturaleza artefactual, pero enmarcándola en aspectos tales como los proyectos de vida, objetivos y valores de nuestra actual sociedad.
Con respecto a lo anterior se señala el hecho de reconocer la tecnología desde su razón de ser y la forma como interviene en nuestra forma de percibir y experimentar la vida. Así mismo implica varias formas de uso que abren paso a muchas otras posibilidades, ampliamente expuestas en el artículo.
De otro lado, las funciones de las tecnologías deben estar orientadas a otros enfoques que contemplen los componentes en torno a los que giran los procesos educativos y las relaciones que se establecen entre ellos, de tal manera que las tecnologías se ajusten al rededor de dichos elementos que igualmente definen sus usos, así mismo se correspondería con un determinado modelo pedagógico, estructuras cognitivas únicas y contextos específicos, que le dan sentido propio a la implementación de cada una de las tecnologías.
Cabe señalar el hecho en el que la escritora hace énfasis cuando lanza la pregunta:"¿tecnologías en la educación o tecnologías educativas?" lo que marca una gran diferencia y sin duda alguna, la concepción que se tenga al respecto, cambia en gran medida su enfoque y aplicación.
En éste mismo sentido analiza a la luz de las prácticas educativas los casos en los que prevalece el uso de las tecnologías, lo que llama una didáctica silenciada o por el contrario cuando se enfatiza en las actividades, dejando de lado las posibilidades y dificultades en el uso de la tecnología, que en éste caso sería según ella, una tecnología silenciada, llamando la atención sobre el hecho bien planteado cuando escribe: "La tecnología limita o enmarca, potencia o banaliza la propuesta pedagógica y didáctica".
Para concluir la autora indica muchas otras de las probabilidades que genera la tecnología educativa, entre las que menciona, el trabajo colaborativo, que antes era complicado y todo lo que ésto conlleva, sin dejar de lado claro esta la pertinencia, eficacia y propiedad con las que se plantean las propuestas pedagógicas, el enfoque investigativo que se da a los recursos y el sentido ético con el que se orienta el trabajo.
Además considera importante la evolución que han tenido las tecnologías en el ámbito educativo desde una mirada apoyada en la transmisión, hasta lograr niveles más elaborados que permiten intervenir la realidad de modos más efectivos, inteligentes y críticos; sin embargo reconoce el valor y la relevancia del enfoque didáctico y el ambiente educativo en el que se enmarcan las prácticas pedagógicas.
